Historia

La relación de los canarios con el mar se inició hace más de 2.000 años, cuando arribaron a las Islas Canarias los primeros pobladores del Archipiélago.

No está claro si llegaron por sus propios medios o deportados por otros pueblos vencedores de algún enfrentamiento, pero lo que sí es obvio que su llegada a Canarias fue por mar, asentándose en cada isla y comenzando una rudimentaria actividad pesquera como sustento.

 

Puerto de Talavera
San Andrés

Con la llegada de los conquistadores españoles comenzó esa arraigada relación entre las Islas a través de la navegación, primero para el transporte de personas, ya fueran colonos o esclavos, y después para comenzar una prolífica relación comercial interinsular y con territorios europeos.

Relaciones de ida y vuelta donde exportaban tabaco, vinos o caña de azúcar, y que traían a La Palma arte y riquezas, provocando no sólo el crecimiento del puerto capitalino, sino también de numerosos puertos y embarcaderos a lo largo de la costa, para facilitar los transportes entre la propia Isla. La gran mayoría de ellos aún perduran.

Todo ello generó que, durante los siglos XVI y XVII, el puerto principal palmero fuera considerado como el tercero más importante del mundo, tras el de Sevilla y el de Amberes, gracias a las exportaciones y a su situación estratégica en la conexión del Viejo y el Nuevo Mundo.

En la historia de La Palma descubrimos como además sufrió algunos ataques piratas, unos salvados con más fortuna que otros.

Durante los siguientes siglos, esta industria se fue desarrollando, hasta convertirse en una auténtica fuente económica para la Isla. Hasta mediados del siglo XX, los astilleros de la Isla siguieron fabricando barcos que se dedicaron al cabotaje interinsular, a la pesca en África o al tráfico con América. 

Santa Cruz de La Palma
Santa Cruz de La Palma

Y esa línea fue la que proliferó con la llegada de las crisis posteriores a las guerras mundiales, la Guerra Civil y el comienzo de las emigraciones indianas.

Desde entonces, la población palmera mira al mar con recuerdo, con nostalgia y con el sentimiento de lo que se fue y, en muchos casos, no volvió. También hubo muchos ejemplos de éxito, de quienes tras una prolífica migración retornaron a su tierra con riquezas, invirtiéndolas en La Palma y arribando, también por mar, al lugar que abandonaron en busca de otra fortuna.

Descubre La Palma por mar y costa

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